Publicado: 11/03/2019 07:27h. Lecturas: 7442
Este lunes habrá una cena encabezada por Vidal. Y de martes a viernes quedará abierta la megamuestra. El sector alcanzaría en 2019 los US$ 28.000 millones en exportaciones.
En marzo arrancan las clases y, luego de las vacaciones, para muchos adultos también este mes representa el comienzo fáctico del año. En el hemisferio sur del planeta coincide con la cosecha de los principales cultivos. Y, si coincide con un año electoral, también es el momento en el que los políticos empiezan a intensificar sus campañas.
En medio de ese combo ecléctico, Expoagro, la megamuestra del sector económico más dinámico de la Argentina, que se desarrollará desde el martes hasta el viernes en San Nicolás, en el norte bonaerense, se planta en el almanaque como el amanecer de un nuevo ciclo.
Esta vez, como pocas, despierta expectativas sobre la actividad general del país: se lo percibe como el puntapié inicial del esperado flujo de US$ 28.000 millones en granos y derivados agroindustriales, tal como anticipó Clarín en enero y es la cuenta que ahora está sacando el Gobierno como catapulta hacia la elección presidencial de octubre.
El despliegue del campo, los 365 días del año, en todo el país, trasciende a los comicios. Pero, tras el conflicto de 2008 ningún político desconoce su impacto socio productivo. Por eso, oficialistas y opositores, de todas las categorías y procedencias, se anotaron en la agenda cargada de reuniones y negocios que se sucederán desde la noche de este lunes, porque habrá una cena previa de camaradería encabezada por la gobernadora anfitriona, María Eugenia Vidal. La acompañarán el ministro de Producción, Dante Sica, y el senador peronista Miguel Pichetto, junto a destacados empresarios y representantes del Grupo Clarín y el diario La Nación, organizadores de la feria a través de la firma de eventos que comparten: Exponenciar S.A.
El presidente Mauricio Macri no confirmó cuándo, pero ya aseguró que también dirá presente.
Dólares para la economía y la política
La soja sigue siendo la abanderada del aporte de divisas. Promete unos US$ 18.000 millones (entre harinas, aceites y porotos) para contener al dólar rebelde, mover la rueda productiva e impactar en industrias asociadas, desde las siderúrgicas hasta las pymes metalúrgicas, desde las petroquímicas hasta las biotecnológicas más innovadoras. Y en esta cosecha tendrá como destacado primer escolta al maíz, que ya empezó a aportar liquidación de billetes verdes, de la mano de las siembras tempranas que fueron favorecidas por las copiosas lluvias de verano. Los primeros fajos de lo que sumará otros US$ 6.000 millones soplan un aire fresco que llega hasta la city porteña.
El trigo ya hizo su tarea, con un volumen de producción récord de casi 20 millones de toneladas, que pudo gozar de buenos precios internacionales y, junto con la cebada, desempolvó más de US$ 4.000 millones y fue una de las patas del “veranito financiero” que permitió sortear las Fiestas y las vacaciones con relativa tranquilidad.
Por eso, conscientes de que se puede mirar el vaso medio lleno, los dirigentes de las cadenas agropecuarias de cultivos ponen foco hacia adelante, toman distancia de las posiciones más críticas, y hablan del "desafío de seguir creciendo".
"Queremos poner una dosis de buena onda porque viene una cosecha fantástica", resumió Luis Zubizarreta, presidente de ACSoja, la asociación que nuclea a la cadena de la oleaginosa.
"Por supuesto que hay muchos temas que resolver, y hay dificultades, desde las condiciones macro por las retenciones y los altos costos financieros, hasta cuestiones más puntuales, como la quita de reintegros y diferenciales para alentar productos con valor agregado y economías regionales", agregó.
Pese a reconocer un tipo de cambio más favorable, esas cuestiones se plantean como obstáculos para llegar a los "supermercados del mundo". Pero también quieren ver lo que hay.
"Valoramos el libre juego del mercado de cambios, como para exportar e importar. No está todo tan mal y necesitamos tener fe para seguir invirtiendo y generando riqueza y trabajo", planteó Zubizarreta ante Clarín, como anticipo de una de las conferencias principales que habrá en la feria.
En el mismo sentido, Alberto Morelli, titular de Maizar, la asociación del Maíz y el Sorgo Argentino, destaca que se cosecharán maíces con rindes excepcionales: en muchos casos con promedios de 14 toneladas por hectárea, una cifra que llevaría la media nacional hasta inéditas 10 tn/h, bastante más que las 6 tn/ha promedio del año pasado afectado por la sequía. "Ese salto tiene que ver con la apuesta por más área, mayores inversiones en semillas, en insumos y mejores prácticas de manejo tecnológico", subrayó Morelli.
Infraestructura y actividades
Más de 500 expositores, ente fierros, cultivos, y el despliegue de bancos e instituciones, volverán a montar por 4 días una ciudad en medio del campo. Cada vez con mejor infraestructura en el predio semi permanente nicoleño, donde se generó un nuevo acceso peatonal y se amplió la capacidad en el estacionamiento de expositores, entre otros avances del proceso de mejora continua en el “autódromo ferial”.
En el Tecnódromo, "corazón tech" de la muestra, que se amplió de 2 a 4 hectáreas, entre drones y máquinas con piloto automático se sumarán las actividades ganaderas, un rubro que crecerá al compás de su notable reposicionamiento internacional. A la par de ello habrá una Carpa AgTech, con stands de empresas de tecnología y universidades, y en otro sector, se desarrollarán, por ejemplo, tres remates de hacienda bovina (dos televisados y uno con 500 animales in situ).
Además, entre las múltiples actividades sobresalen la 2° Jornada nacional de Contratistas y el 1° Encuentro Nacional de Mujeres en el Agro.
Más de 50 compradores del exterior están llegando desde Sudáfrica, Rusia, Ucrania, EE.UU., México, Paraguay, Uruguay y Bolivia, entre los principales países aportantes, para la ronda de negocios internacional, coordinadas por primera vez a través de la nueva APP de Expoagro, ideada para la planificación de la agenda de encuentros de negocios entre expositores y visitantes.
La intención de este colectivo productivo es mover por 96 horas el epicentro argentino 230 kilómetros más al norte y desplegar allí, desde el campo, la Capital de los Agronegocios.